Devocionales

La oración es una forma de comunicarnos con Dios, de expresarle nuestro amor, nuestra gratitud, nuestra adoración, nuestras necesidades y nuestras peticiones. La oración también nos permite escuchar a Dios, recibir su guía, su consuelo, su corrección y su bendición.

La oración en familia es una forma de fortalecer nuestra relación con Dios y con nuestros seres queridos. La oración en familia nos ayuda a:

- Unirnos como una sola carne (Génesis 2:24)

- Agradecer a Dios por sus bondades y sus dones (Salmo 136:1)

- Alabar a Dios por sus obras y sus atributos (Salmo 150:2)

- Pedir a Dios por nuestras necesidades y las de otros (Filipenses 4:6)

- Confesar nuestros pecados y recibir su perdón (1 Juan 1:9)

- Buscar la voluntad de Dios para nuestras vidas (Mateo 6:10)

- Interceder por nuestro país y nuestro mundo (1 Timoteo 2:1-2)

- Protegernos del mal y de las tentaciones (Mateo 6:13)

La Biblia nos enseña que la oración en familia es poderosa y eficaz. Por ejemplo, vemos cómo:

- Abraham oró por su hijo Ismael y Dios le escuchó (Génesis 17:18-20)

- Isaac oró por su esposa Rebeca y ella quedó embarazada (Génesis 25:21)

- Jacob bendijo a sus hijos y nietos con palabras proféticas (Génesis 48:15-16; 49:1-28)

- Josué y su familia decidieron servir al Señor (Josué 24:15)

- Ana oró por un hijo y Dios le concedió a Samuel (1 Samuel 1:10-11; 1:20)

- David bendijo a su hijo Salomón y le dio instrucciones para construir el templo (1 Crónicas 22:11-13; 29:19)

- Job oró por sus hijos y ofreció holocaustos por ellos (Job 1:5)

- Jesús oró por sus discípulos y por todos los que creerían en él (Juan 17:20-21)

¿Cómo podemos practicar la oración en familia? Aquí hay algunas sugerencias:

- Establecer un tiempo y un lugar específico para orar juntos cada día.

- Elegir un versículo bíblico o un tema para guiar nuestra oración.

- Agradecer a Dios por lo que ha hecho en nuestra familia.

- Alabar a Dios por quién es y cómo se revela en su Palabra.

- Pedir a Dios por nuestras necesidades personales, familiares, ministeriales, sociales y mundiales.

- Confesar nuestros pecados y pedir perdón a Dios y a los demás.

- Buscar la voluntad de Dios para nuestra familia y someternos a ella.

- Interceder por las personas que conocemos o que están en necesidad.

- Protegernos del mal y de las tentaciones con la armadura de Dios (Efesios 6:10-18)

- Bendecirnos unos a otros con palabras de ánimo, afirmación y esperanza.

La oración en familia es una bendición que no debemos desaprovechar. Es una forma de honrar a Dios, de edificar nuestra fe, de cultivar nuestro amor y de testimoniar al mundo. Te invito a que ores con tu familia hoy y todos los días. Verás cómo Dios obra maravillas en tu hogar. Amén.